El principio de legalidad es un principio fundamental del derecho que establece que nadie puede ser sancionado por un acto que no esté expresamente definido como delito por la ley vigente al momento de cometerse. Implica que el derecho penal debe estar claramente definido y accesible para todos, evitando la arbitrariedad y asegurando la predictibilidad de las consecuencias legales.
Este principio se manifiesta en varios aspectos:
El principio de legalidad es una garantía esencial para la protección de los derechos y libertades individuales frente al poder del Estado. Es un pilar fundamental del Estado de Derecho.
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